9.- EL CARISMA DE LIBERACIÒN

LOS CARISMAS DEL ESPÍRITU AL SERVICIO DE LA EVANGELIZACIÓN.

9.- La liberación

1.- ¿Quién tiene computadora? ¿Habéis tenido problemas con los virus? ¿Cómo actúan en la computadora?

También a las personas les entran virus. Vamos a conocerlos y a detectarlos, para saber cómo debemos actuar ante ellos..

Cada día, en el ministerio de intercesión, nos encontramos con más frecuencias con personas que tienen problemas mucho más serios que una simple enfermedad o que necesiten de sanación interior. En los últimos tiempos se ha multiplicado los sanadores, los que prometen el oro y el moro y lo que hacen en realidad, es extender espíritus malignos. Y la gente, por ignorancia, se deja llevar y tienen problemas.

Entrar en el mundo espiritual, sobre todo de los espíritus malignos, es un tema sumamente complejo, delicado, y no es fácil.  Es un tema de especialización. Si lo tratamos aquí es para dar unos conocimientos básicos y para estar precavidos, ya que cada día los casos se presentan con mayor frecuencia. Además, al estar inmersos en este ambiente de mentiras y engaños, el desconocimiento de ello nos puede acarrear graves perjuicios

En forma particular, es sumadamente necesario que tengan una sólida formación sobre el tema la liberación, los que están en el ministerio de intercesión, pues en este ministerio se van a encontrar con muchos problemas de cosas raras; con una buena preparación podrán verse libres de muchos peligros.  Debemos ser conscientes de que en muchas ocasiones nos vamos a encontrar con esos problemas y tendremos que actuar correctamente; de lo contrario nos exponemos, incluso, a que nos veamos perjudicados y dañados nosotros mismos. No es para jugar.

En este trabajo estudiaremos la intercesión de liberación, no tanto para que la practiquemos  sino para que sepamos lo que hay y así evitemos muchos males.

Para mayor claridad dividiremos el tema en los siguientes puntos.

A) Perturbaciones del alma espiritual.
B) Puertas de entrada del enemigo.
C) Criterios de discernimiento.
D) Cómo proceder, en forma práctica.

A) PERTURBACIONES DEL ALMA ESPIRITUAL.

2.- Unidad del hombre.

En primer lugar, bien sabemos que el hombre se compone de cuerpo, alma y espíritu y todo ello formando una unidad. Pero esa unidad se puede desequilibrar en cualquiera de esas partes y de ahí vienen a surgir una gran multitud de situaciones extrañas. Si decimos que la liberación es compleja es porque  las situaciones en que nos vamos a encontrar son innumerables.

El alma es lo que le da vida al cuerpo, lo que lo “anima”. Es el alma el que le da funcionalidad a cada célula del cuerpo.

Nuestra alma, al ser creados a imagen y semejanza de Dios, tiene una parte más sensible y con la cual se puede poner en contacto  con el Espíritu Santo. Es el fondo del alma, como dicen los místicos. A través de la oración el alma espiritual puede dialogar con Dios, nuestro Padre. Puede haber una comunicación de amor con Él. Todo será gracia pero esa gracia el Señor nos la regala. El alma espiritual es eterna pero tiene la configuración espacial de nuestro cuerpo físico. También los animales y las plantas tienen alma pero es un alma animal y vegetativa pero no espiritual; por lo tanto, no es eterna.

“Como dijimos, somos una unidad indisoluble. Cada parte del cuerpo depende de una central que es el cerebro anatómico; al cual no solo llega lo puramente orgánico, sino también el alma quien es quien lo anima. Y todo, absolutamente todo, se relaciona y depende en el hombre de nuestro “espíritu”, principio animador de toda vida”. El “alma espiritual” que, si bien no tiene una ubicación anatómica específica, utiliza todo  el cerebro para ir recogiendo todas las vivencias de la vida: amor – odio; aceptación – rechazo.

Ahora bien, cuando sufrimos enfermedades orgánicas: del corazón, del riñón, de las  articulaciones, etc., la alteración se encuentra en el cuerpo; el problema está en las manos de los médicos. Cuando se van muriendo las neuronas cerebrales – demencias., el alma se encuentra sin sustrato anatómico para actuar; el alma no muere pero no tiene forma de actuar debidamente. De ahí se derivan muchas perturbaciones sicológicas,  neurasténicas, esquizofrenias, etc. La solución, también en estos casos,  está en manos de los médicos.

3.- Vayamos ahora a las perturbaciones del alma espiritual. También el alma espiritual puede ser dañada y sus manifestaciones no solo pueden implicar al alma misma, como sería el pecado, sino que pueden implicar a cualquier parte del cuerpo ya que, como dijimos, el alma es el principio animador de toda vida.  De entrada nos podremos dar cuenta de las múltiples situaciones en que nos podremos encontrar, con lo agravante de no ser fácil distinguir si son enfermedades puras del cuerpo o si hay ahí perturbaciones del alma espiritual.

Necesitaos ahora conocer aquellos espíritus que nos pueden inducir al mal, que nos pueden infestar. Hay que reconocer, sin ninguna duda, que quien nos puede inducir al mal, que nos puede infestar, es Satanás y todos los espíritus malignos que están a sus órdenes, con misiones específicas. Todos son espíritus reales y muy inteligentes, superiores a nosotros. Su arma principal es la mentira, el engaño.

4.- ¿Cómo se manifiestan?

Debemos conocer, que el siquismo del hombre se reduce a cinco funciones; no es exacto pero sí para una mayor claridad. Existen, lo que llamamos, dos funciones principales: la inteligencia y la voluntad. Y hay tres funciones menos nobles que se llaman: memoria, imaginación y afectividad. Si no hubiéramos sido pecadores estas cinco funciones  estarían muy en armonía unas respecto aq otras, pero por causa del pecado ya no existe esta armonía y hay una gran incoherencia entre las tres funciones menos nobles: memoria, imaginación y afectividad: son como unas veletas que giran según el tiempo que sopla. Y por causa del pecado que hay en nosotros, nuestra voluntad no es suficientemente fuerte para armonizarlas unas con otras; además por el pecado que existe en nosotros, nuestra inteligencia está obscurecida y no puede captar todas las realidades de la vida y está muy limitada.

Si el maligno encuentra una puerta abierta para introducirse en nosotros, solo podrá infiltrarse en las tres funciones menos nobles, y en los casos graves podrá pervertir nuestra memoria, o nuestra imaginación o nuestra afectividad. Pero jamás podrá pervertir nuestra inteligencia ni nuestra voluntad, porque esas funciones nobles, Dios se las reserva para sí, y es a través de ellas que Dios se comunica con nosotros. Esto no quiere decir que a veces, la inteligencia y la voluntad estén sofocadas, obscurecidas, debilitadas por la infiltración maligna en las funciones menos nobles. (Retiro impartido en Bilbao por Philipe Madre y equipo)

Los espíritus malignos utilizan todo tipo de ardides referentes a tentaciones, especialmente en el terreno del poder (económico  e intelectual) y en el sexual (búsqueda de placeres no aceptados por Dios. Al principio actúan sobre las partes más débiles de la persona, para después ir minando a todo el ser. El individuo, al principio no se da cuenta de ello ni de que está infestado; solo se da cuenta de que no tiene paz, de que le pasan cosas raras y ahí empieza una lucha sobre “qué debe hacer”. La estructura síquica, la afectividad y la voluntad cada vez están mas debilitadas.

Recordemos siempre que Satán nunca puede entrar en nuestra casa, en nosotros, porque nuestra casa es templo de Dios por el bautismo; Es el león rugiente que está a nuestro alrededor esperando devorarnos, que mientras no les demos entrada con un Pacto voluntario con Satanás, no puede hacer nada. Pero sí se vale de sus secuaces para arrebatarle a Dios esa alma. La vida del hombre, por causa del pecado, es una lucha en la que hay que estar preparados y guardados con la armadura de Dios, como nos lo advierte el Apóstol. La gracia nunca nos va a faltar y nadie puede cambiar nuestra vida, salvo que nosotros mismos no les demos entrada a nuestra alma; por eso Dios se reserva nuestra voluntad para que con ella podamos actuar.

5.- Lo importante, en este tema, es no ser simplistas; tenemos que evitar dos extremos:

a)      Creer que el demonio ya no existe, que no se preocupa de nosotros. La sociedad de hoy quiere explicar  todo lo que nos sucede por medio de la ciencia e ignora completamente todo lo que sea espiritual. Nosotros debemos confesar que los espíritus malos existen, son reales, muy inteligentes y desean nuestro mal, nuestra perdición. Jesús, en varias ocasiones, expulsa demonios y en una ocasión, le dicen que son legión; Jesús, cuando manda a los apóstoles a predicar les da poder para echar a los demonios. Jesús fue tentado por el demonio varias veces y también nosotros seguimos tentados. Cada vez nos llegan más peticiones de oración sobre problemas de espíritus malos que dañan a las personas.

b)      Es ver al demonio por todas partes. Es creer que todo sufrimiento es diabólico. Muchos sufrimientos está permitidos por Dios para nuestra purificación y para entrar en una intimidad mucho más profunda en el amor de Dios.

6.- El campo de la liberación.

Hemos visto que cuando se producen enfermedades orgánicas, propias del cuerpo, la solución está en los médicos. Pero cuando se producen infecciones en el alma, sea cual sea, entramos en el campo de la liberación. En muchos casos, el problema está en ambas áreas y entonces ¿cómo actuar?  Hay que intentar trabajar de una manera compartida: a cada uno lo suyo, pero obrando de común acuerdo.

Veamos diversos grados de infiltración maligna.

a)      El primer grado, propiamente no es una infiltración del maligno. Son las heridas recibidas durante la vida y que favorecen la tentación. La tentación es la invitación del espíritu del mal a rebelarnos frente a Dios y caer en pecado”. Todos somos tentados pero con la gracia de Dios podemos vencerla. Jesús fue tentado. Las heridas son como parásitos en nuestra vida espiritual o en nuestra afectividad. Ahí solo es necesaria una oración de sanación interior.

b)      El segundo grado de infiltración es lo que llamamos los lazos, las ataduras. Son ataduras respecto a una persona o a una situación, como un problema habido con nuestro padre, o un accidente grave que hayamos vivido y que está retenido en nuestra memoria. En estos casos no decimos que hay una presencia del maligno en nosotros, sino más bien como una presencia del maligno que está pegado a nosotros, algo parecido a un pulpo. Todo ello puede engendrar miedos, angustias. Generalmente con una oración de sanación interior puede desbloquear dicha atadura, pero a veces se requerirá una liberación si la situación es más profunda.

c)      El tercer grado de infiltración es el más importante y es lo que llamamos dominación, dominio. Es la presencia de uno varios espíritus del mal que están en su persona,  en su vida sicológica o en su vida afectiva. Las perturbaciones que engendran pueden ser muy graves y hacernos creer en una enfermedad sicológica, cuando en realidad es una enfermedad espiritual. Hay estadísticas que demuestran que un gran número (hasta un 80%) de personas hospitalizadas en siquiatría son a causa de enfermedades espirituales causadas por el maligno.

Son aceptados cuatro niveles de dominio.

a)   La opresión. Es la influencia maligna en una parte del cuerpo o todo él, como puede ser una enfermedad, que no encuentra una causa ni una curación física, síquica o parasicológica”

b). La obsesión. Es la influencia maligna en alguna parte del alma, que se parece a cualquier enfermedad síquica, pero la causa no es física ni síquica ni parasicológica, sino maligna”.

c)  El maleficio. Es la acción malvada de un hombre contra otro realizada por medio del demonio. Si bien el maleficio no es fruto de abrir una puerta al enemigo, con todo hay que tenerlo en cuenta,  ya que es una intervención directa del demonio en la vida del ser humano. El P. Amorth, exorcista reconocido mundialmente, nos da las siguientes pautas.

“El maleficio se califica  como acción malvada de un hombre contra otro realizada por medio del demonio.”  Es como si te echasen el demonio encima. “Es como contratar a un asesino, o una banda de matones y de verdugos”.  “Esto resulta terrible y devastador, solo al pensarlo.”

Si bien aparece que no se puede evitar el mal, conviene recordar, que los maleficios  no pueden nada contra las personas  que están unidas a Dios en oración y en la frecuencia de los sacramentos; unión que debemos renovar cada día.

“Los tipos de maleficio son múltiples y se usan  desde muy antiguo: hechizo, atadura, maldición, macumba,  vudú, mal de ojo, filtros mágicos…”  “Y se usan polvos mágicos, pociones, sapos, ratones, serpientes, gatos negros, alfileres, muñecas de trapo, sangre coagulada, clavos oxidados, formas metálicas extrañas, etc.”. “Los magos, hechiceros, a través de estos objetos y animales, cumplen sus ritos maléficos por encargo. Y no se dude respeto a su eficacia. Por medio de ellos el demonio actúa directamente sobre las personas a las que va dirigido el maleficio”, si no llevan una vida cristiana auténtica.

Hay que aclarar y precisar que la víctima que sufre el maleficio es inocente. En cambio, es extremadamente culpable quien hace el maleficio y quien lo encarga.
También hay que aclarar que la mayoría que se presentan como magos, hechiceros, cartománticos, son embusteros. Su único interés es sacar dinero a sus victimas. Por ello son igualmente culpables en forma grave, porque pueden llegar a destrozar a las familias.

d)  “La posesión. Es la entrega consciente, libre y voluntaria a Satanás, para que él tome posesión de una persona y de su libertad, con el fin de obtener riquezas, poder y placeres”.

B) PUERTAS DE ENTRADA DEL ENEMIGO.

7.- Los espíritus malignos no pueden entrar en el hombre a no ser que él le abra la puerta.

a)      Una de las puertas que el hombre abre al diablo es el esoterismo en sus diversas formas; todo lo que hace referencia a prácticas ocultas o de adivinación, como curanderos, magia negra. Ello puede ser conciente o inconciente, por curiosidad, por ignorancia, por miedo. Muchas veces es fruto de una credulidad infantil, inmadura. Creer que con métodos egocéntricos se puede conseguir poder y poderes y van detrás de métodos de cualquier iluminado que les prometen el oro y el moro. No importa que sean personas cultas o ignorantes; cualquiera de ellas las vemos acercarse a curanderos, adivinadores diversos, juego del café, tirar las cartas, astrólogos. En cuanto a los curanderos hay que distinguir entre personas que tienen una ciencia natural de curación (en muchos casos por influjo de espíritus malignos) y los embaucadores.

b)      Cuantas veces queremos conocer el futuro que es propio de Dios. Y nos adentramos en la adivinación, censurada específicamente por la Palabra. Curiosear el futuro implica concurrir a parapsicólogos, utilizar  el péndulo, hacer quiromancia. En una palabra, desplazamos a Cristo y buscamos a otros dioses, con consecuencias desastrosas para el alma espiritual.

c)      Las prácticas de concentración mental que vienen de extremo oriente y todo lo que tiene que ver con el yoga, el zen, la meditación trascendental, el control mental. Tal vez estas prácticas no sean en sí mismas diabólicas, pero ellas llevan a acrecentar mi “yo”: Son atajos que me apartan de Cristo y abren mi alma al espíritu del mal. Lo cierto, hay que decirlo, son anticristianas.

d)     Tenemos una cuarta puerta en las dependencias alienantes del siquismo, como pueden ser las drogas y el alcohol. La infiltración del mal en la droga se expresa sobre todo, en el terreno del sexo; mientras en el alcohol, se expresa en el terreno de la autodestrucción y de la muerte.

e)      Otra puerta son las depravaciones sexuales. Se trata de relaciones sexuales en cuanto sean pervertidas, las que no se realicen conforme a la ley natural, y sobre todo  si se reproducen con frecuencia. No olvidar que también estas depravaciones se pueden realizar a través de miradas, pues uno puede quedar marcado por escenas depravadas que se hayan visto en el cine, en una foto o en un acontecimiento concreto accidental. Todo ello lleva abrir una puerta a espíritus malignos y se hace necesaria una liberación.

C) CRITERIOS DE DISCERNIMIENTO.

8.- Los hermanos que están en el ministerio de intercesión saben muy bien que a ellos se presentan personas con mucha variedad de problemas y que para atenderlas bien necesitan de un gran discernimiento, discernimiento que no basta el natural, sino que hay que contar con el carisma. Ante situaciones difíciles de juzgar y determinar, todos nos encontramos anonadados, a pesar de que buscamos formación y espíritu. Simplemente debemos obrar confiando plenamente en la gracia del Señor, al habernos sentido llamados y confirmados en este ministerio.

En estos momentos daremos  criterios de discernimiento y modos de actuar, para no meternos en algo que nos sobrepasa, teniendo la humildad de pasarlo a quien corresponda.

En primer lugar, es de gran ayuda e indispensable, el poder escuchar a la persona y tener un diálogo sobre lo que le está pasando; si conocemos sus hábitos, nos proporcionará muchos datos de discernimiento. Con todo hay que ver en el discernimiento si las causas que la persona presenta son o no un simple tapón para ocultar las causas principales, de las cuales no quiere liberarse.

Ya vimos que los problemas que las personas pueden presentar tienen su origen en enfermedades físicas, en enfermedades psíquicas y en infecciones del maligno. Pueden presentarse separadas, pero con mucha frecuencia se presentan mezcladas.

De ahí la gran importancia de discernir bien por los grandes peligros en el diagnóstico. Y el diagnóstico no es fácil porque el problema es muy complejo y variado.

Por los enfermos del cuerpo y del espíritu, podemos y debemos orar, pero tener la delicadez y la caridad de dirigirlos a un médico o a un psiquiatra para que tengan remedio humano adecuado. Dios también trabaja a través de los médicos. En las enfermedades raras, los médicos no lo tienen fácil.

Cuando se trate de casos en donde la infección del maligno va unido a alguna enfermedad, habrá que ir con el mayor tino para realizar una liberación sin olvidar la parte del médico.
Como regla general y como principio, descartar, ante un problema, que haya infección diabólica. Primero de todo, verlo como enfermedad humana, que es lo más normal. Si después de oír a la persona y llegar a la conclusión a través de los diversos discernimientos que hay infección, entonces derivarlo a un equipo que realice la intercesión por liberación. No olvidemos que el discernimiento es el elemento más crucial en la liberación. En la liberación uno se enfrenta con espíritus malos y ello  requiere de una preparación especial y adecuada. La liberación debe ser administrada con gran precaución, si se ve realmente la influencia del maligno. No se puede jugar con ello.

En la vida de Jesús vemos que actuaba de diferentes maneras; la mayor parte de las  curaciones eran simplemente físicas; en algunas, era expulsión del demonio, junto con la curación física; y en otras era liberación de obsesión, cuando añadía: no peques más..
El primer discernimiento que hay que realizar es el natural. Para ello usar el sentido común, la lógica. La experiencia en esos menesteres es de gran ayuda. Estar apoyados por personas con experiencia.

9.- Elementos para discernir si hay infección maligna

Los criterios que vamos a dar y que se emplean en el ministerio de liberación, no son seguros ni contundentes. Uno solo, menos. Si se confirman varios criterios, podrán ser pautas de discernimiento muy valiosas. No olvidar que hay que obrar con la mayor prudencia humana porque todos nuestros criterios siempre serán sujetivos. Junto con nuestros criterios, hay que mirar y conocer a la persona, a su historia; podríamos, de no hacerlo así, cometer muchos errores irreparables. No podemos obrar como unos iluminados que todo lo ven y que todo lo saben.

 Muchos autores dan los criterios en forma muy discreta y notablemente como orientaciones. Entiendo que así los debemos tratar y usar

a        La presencia de puertas abiertas. (Las que vimos anteriormente) A través del diálogo, averiguar si la persona tuvo contacto con prácticas esotéricas o afines. Si hay  practicas de  concentración mental, como el yoga. Si ha habido o hay droga, alcohol, depravaciones sexuales. Estas prácticas pueden ser concientes, sabiendo en qué se metían, o inconcientes, como quien lo tenía como un juego. Pueden ser culpables o no culpables, cuando otro los metió en ello.

b)        Si hay desproporción entre la vida normal de la persona y los síntomas. En una persona con una vida pecaminosa, veremos si los síntomas superan a esa misma vida normal de la persona.

c)        La coincidencia del comienzo de  los síntomas con una experiencia perturbadora. (Espiritismo, lectura de cartas, etc.)

d)      El aumento de los síntomas ante manifestaciones religiosas. Muy frecuentemente, cuando hay infección maligna, los síntomas se agravan ante un acto religioso, como por ejemplo, cuando se está alabando, cuando se expone el Santísimo, cuando se la invita a orar. Nosotros lo experimentamos en el grupo de oración en Castellón. Una señora empezó a hablar con voz de niña y al ratito con voz de hombre. El susto fue nuestro.

e)     Cuando se ha procedido a una oración de sanación interior, y los síntomas se agravan notablemente.

f)       Cuando las perturbaciones se producen con gran incoherencia, de golpe, y se van de la misma manera. Si es una sola vez, no pasa nada; si se repite, hay que sospechar.

g)         Si las perturbaciones, los síntomas, no pueden estar dominados por la persona y su voluntad las rehúsa. Atentos, que estos mismos síntomas se presentan en psicopatologías.

h)    Si se reciben revelaciones ocultas por vía mental, pseudotelepática, como presentimientos, premoniciones que distan mucho de ser confirmadas por los hechos.

10.- Peligros en el discernimiento.

Sabemos bien y no hay que olvidar, que Satanás es el padre de la mentira; y ante una liberación nos puede presentar diversas formas de engaño muy sutiles:

a)       Ante la opción de una liberación se puede disfrazar presentando acciones buenas para saltarse “la obediencia”.

b)       Impulsar la liberación sin la compañía y respaldo de una comunidad.

c)      Que nos contentemos con pequeños frutos y así derrotarnos.

d)    Aprovecharse de nuestra simplicidad espiritual para meternos en una liberación que no nos corresponde.

e)   Haciéndonos creer en la rapidez de los frutos de la liberación sin esperar los tiempos de Dios.

 Por todo ello, se ve la necesidad  en el intercesor de ser persona humilde, estando siempre bajo la Voluntad de Dios y a lo que Él quiera y disponga. Las pautas las marca Dios ya que solo Dios es quien libera.

D) CÓMO PROCEDER, EN FORMA PRÁCTICA.

10.- Para proceder en una liberación se requieren unas condiciones muy especiales. Por todo lo que hemos dicho es fácil comprenderlo y aceptarlo.

a)      De parte de la persona que recibe la liberación:
* Que la persona desee ser liberada por Jesús.
       * Que la persona comprenda lo que va a suceder.
       * Que sepa que la liberación es eficaz pero se puede volver a caer como tentaciones.
       * Hace falta que la persona entienda que a partir de ahí su vida debe ser fortificada con una vida de oración, de sacramentos.

b)     De parte del equipo de liberación.
Lo más difícil para el intercesor es hacer el diagnóstico adecuado. Por ello entendemos que el intercesor debe tener las cualidades propias de su ministerio, principalmente el de discernimiento de espíritus. Vamos a presentar las características de un buen intercesor que ora por liberación, que son más estrictas que las de un equipo de intercesión normal. Me refiero a la liberación de opresiones y obsesiones, en donde hay que enfrentarse a espíritus malos. La liberación de la posesión es exclusiva de los exorcistas autorizados por el Obispo.

* A nivel humano. La persona que está dedicada a orar por liberación debe estar debidamente formada sobre todo aquello que esté relacionado con dicha liberación. Es bueno saber algo de psicología humana, del desarrollo de la actividad del cuerpo humano y de las infecciones que el alma puede recibir. A través de libros, cursillos y retiros temáticos, se podrá formar debidamente; nunca sabrá lo suficiente en un campo tan complejo y difícil.  Hay que recalcar que la ignorancia lleva a la debilidad y en la debilidad nuestra, el enemigo tiene la mejor baza.

* A nivel espiritual. Hay que tener presente que nos enfrentamos con espíritus malignos y la principal coraza contra ellos es una vida de gracia, a través de una vida de  oración, de la misa diaria, de la comunión, de la lectura de la Palabra. Hay que estar en la orilla de Cristo; de lo contrario ni se intente. Puede traer consecuencias a corto o a largo plazo. El P. Fortea, exorcista, comentaba en unas entrevistas que tuvo en Perú, que lo principal para combatir a los espíritus malos, es una vida de oración plena.

* Desprendimiento del “yo”. En los caminos del Señor hay que estar siempre abiertos a la Voluntad Divina: Quiere decir, que sobre todo en este ministerio, debo obrar no siguiendo mi voluntad sino la de Dios. No soy yo el que libero, ni el que pone todo el esfuerzo de su parte; es Cristo Jesús quien libera. Si YO transito por caminos haciendo Mi voluntad, me traerán como consecuencia la apertura del alma profunda a basuras de las tinieblas. Y eso es muy peligroso. La oración de liberación no es un mandato mío en nombre de Jesús; simplemente debemos pedir a Jesús que libere. Hay quien pone toda su energía y un gran esfuerzo en esa liberación para lograrlo y terminan cansados, extenuados y a veces, en situación peor. En la oración de liberación desterrar categóricamente el YO (el egocentrismo) pues es un campo del maligno. Nuestra actitud debe ser de abandono total a la Gracia, sabiendo que ella siempre es previa a nuestra oración.

* Carisma de discernimiento de espíritu.   Es bueno y necesario que en el quipo de liberación haya uno, al menos, que tenga  el carisma de discernimiento de espíritu  que nos ayude a conocer si la enfermedad viene del demonio o de lo humano, y qué remedio hay que poner.

* Autorización del equipo de liberación. Las oraciones de liberación deben ser dirigidas por personas autorizadas por la Iglesia o por aquellos a quienes la Iglesia ha confiado la responsabilidad de dirigir y orientar los diversos grupos de oración. Es preferible y prudente que asista un sacerdote en una oración de liberación. Se recomienda que el propio director espiritual sea quien autorice a este servicio. Jesús, cuando mandó a sus discípulos a predicar, les dio, entre otras cosas, el poder de expulsar a los demonios. El equipo necesita de ese envío.

11.- Algunas consideraciones a tener en cuenta en la liberación.

* La liberación no es una cosa total en sí misma, sino es un camino; La liberación es una etapa; debe seguir un camino de reconciliación y de vida cristiana.

* Hay que buscar y el infestado aceptar, cual fue la puerta de entrada que permitió la infección. No escatimar tiempo para ello. En este momento habrá que discernir si necesita liberación de obsesión, de opresión o de liberación; en este caso (muy raro) hay que dejarlo para el sacerdote exorcista. Para que la liberación sea más eficaz, es útil saber qué áreas de la persona necesita ser sanada,  Jesús también preguntó: “¿Cuál es tu nombre? Le contestó, mi nombre es legión porque somos muchos” (Marcos 5,9). Al saber que área de la vida está infestada se puede orar más directamente sobre ella.

* El equipo se preparará espiritualmente antes de la intercesión, con ayuno, sacramentos. No es conveniente que sean más de tres. Tendrán un equipo de intercesión, a parte, que estén orando por la liberación.

* La intercesión no hay que realizarla en público. Al demonio le gusta el show. Debe quedar en secreto la persona que ha sido sanada; en los testimonios, evitar cualquier relación que detecte a la persona.     
      
* Una vez que la persona a liberar haya aceptado la causa de la infección, ayudarle al arrepentimiento de corazón ya que  incurrió, con certeza, en una ofensa a Dios, y permitió la entrada de aquello que en estos momentos está sufriendo. Es necesario que haya confesión sacramental y renuncia a todo lo malo, renovando las promesas bautismales. No se le puede hacer oración de liberación si no está en gracia de Dios. El estado de gracia ayuda a que el espíritu malo se sienta incómodo en ese lugar y sea más fácil echarlo.

* Debemos distinguir una liberación de opresión de una de obsesión. Si se trata de opresión, si la infección es por maldiciones, enfermedades sin origen físico, la oración se realiza una vez que la persona esté en gracia de Dios y generalmente la opresión se resuelve con bastante facilidad.

Si es una liberación por obsesión, si la infección es con espíritus impuros, la actitud es distinta; siempre debemos seguir las mociones del Espíritu pero generalmente la sanación puede demorar varios meses. La vida sacramental aumenta la gracia en el alma del infectado y así las entidades inmundas se sienten cada vez más incómodas; lucharán con pensamientos, le harán ver que lo anterior es lo mejor. Y si se ven acorraladas, incluso le pondrán deseos de muerte. Son momentos que hay que ayudar a la persona a mantenerse firme; si cae, confesarse de inmediato. Ahí está el secreto. El camino a seguir es “quemarle la casa a esas porquerías”. En algunos casos se ve la necesidad de no hacerle la oración de liberación hasta que la persona esté más llena de Cristo y menos de Satanás.  En otros casos, si van haciendo oraciones de liberación periódicas hasta que la persona queda libre del todo. Si no hay las condiciones necesarias, sería contraproducente y peligroso; así lo expresan personas que están en eso.

* El punto culminante de la liberación es el mandato en el nombre de Jesús. S. Pablo así lo hizo: “En el nombre de Jesucristo te mando que salgas de ella” (Hechos 16, 18). Las órdenes de Jesús siempre fueron obedecidas; en nosotros deben serlo también. Si no lo son, algo falla en nosotros y debemos buscar las causas y quitar los impedimentos. Estos pueden ser:

a)      Que el infectado ha perdido el estado de gracia, al caer en la tentación.

b)      Por culpa del equipo de liberación: cuando personas no preparadas se atreven a liberar; cuando personas preparadas han perdido el estado de gracia y no están en disposición de actuar; cuando cometen la imprudencia de sentirse  artífices de esa liberación, anteponiendo su yo en el acto de liberar. Tenemos que estar completamente despojados de nuestro yo.

12.- * En el momento de la liberación se puede hacer, además, según la moción del Espíritu, lo siguiente:

a)      Leer la Palabra de Dios. Las entidades malignas no resisten la Palabra de Dios y generalmente se retuercen e incluso no dejan escuchar la Palabra. Es buena señal.

b)      Canto en lenguas. Nosotros no lo entendemos, pero los espíritus sí lo entienden y hace el mismo efecto que la Palabra.

c)     Agua bendita, combinándola con lo anterior. El agua bendita, “les quema” el cuerpo del infestado. Incluso se la puede dar a beber un buen vaso.

   Cantos de alabanza a Cristo. Con ellos se corrobora el poder de Cristo. Los espíritus malos no pueden escucharlas. La alabanza hace maravillas en la liberación porque hay que decirlo hasta la saciedad, quien libera es el poder de Cristo.

e)      El nombre de María. Con la Virgen los espíritus malignos se descontrolan. Si bien el poder es de Jesús, con María santísima ocurre algo muy particular: no toleran ni siquiera la sola  mención de su nombre.

* Hay que recordar que muchas veces no basta una sola sección para que haya una completa liberación; habrá que repetirla todas las veces que sea necesario.

* La dirección pastoral. Es de suma importancia el acompañamiento de la persona para su fortalecimiento y crecimiento espiritual. No se la puede dejar. A un enfermo que ha salido de una fuerte crisis, hay que cuidarlo ya que se encuentra con mucha debilidad. Así igualmente sucede con las personas que han sido infectadas y liberadas.  Abandonarlas es de una irresponsabilidad pastoral a todas luces.

13.- Resumen.

Al final de esta enseñanza nos damos cuenta que no es fácil actuar correctamente en este ministerio de la liberación por la gran variedad de formas que se puede presentar y porque nos podemos estar enfrentando con el espíritu del mal. Además, no es fácil recordar todo lo que hemos dicho. Lo que realmente pretendo hacer entender es lo siguiente:

* Saber que se `pueden presentar casos difíciles y que no hay que tomarlos a la ligera. Con los espíritus malignos no se puede jugar, pero tampoco tenerlos miedo si estamos preparados.

* Que es de suma importancia hacer un correcto discernimiento antes de actuar; si no lo vemos claro, seamos humildes y pidamos ayuda.

* Es fundamental la preparación del equipo de liberación, tanto a nivel espiritual como humano.

* Actuar siempre con orden pero siempre dejándonos llevar por Espíritu Santo, factor esencial en toda intercesión, especialmente en la liberación.

* Saber y estar plenamente convencidos que quien sana y libera es únicamente Dios, el Señor.

14.- Conclusión.

El Señor nos llama a participar de su misión, a sanar los corazones. Si nos llama, Él nos dará todos los carismas que necesitemos, contando también con nuestra disponibilidad e interés. No hay que tener miedo; vamos bien acompañados. Que el Espíritu del Señor nos infunda su amor.

15.- Oración.