3.- CARISMA DE ALABANZA Y LENGUAS

 LOS CARISMAS DEL ESPÍRITU AL SERVICIO DE LA EVANGELIZACIÓN.

3.- ALABANZA. LENGUAS.

1.-  Saludos.

2.- Un cuentito. Miguelito regresa del trabajo y acepta subir al coche del hijo del gran terrateniente. Mientras el hijo le va contando que todo lo que ve es suyo porque es de su padre, Miguelito queda callado. Pero cuando anochece, al mirar las estrellas, Miguelito dice: ¿Ves esas estrellas? Son mías porque son de mi Padre.

3.- Lo que hemos visto: La razón de ser de los carismas. El Espíritu Santo nos regala: dones, frutos y carismas. Tenemos bien claro la diferencia que hay entre don y carisma. También vimos el carisma del amor, que es el básico; sin él, los demás no sirven: son como campana que tañe.

4.- Hoy vamos a ver dos carismas fundamentales: el carisma de alabanza y el carisma de lenguas. Son los que envuelven toda la vida cristiana.

EL CARISMA DE ALABANZA

5- Carisma de alabanza. Sobre el carisma de alabanza hay mucho escrito, en libros y en artículos. Nosotros nos concretaremos en los puntos  esenciales y en dos temas prácticos.

El catecismo de la Iglesia Católica nos dice: “La alabanza es la forma de orar que reconoce de la manera más directa que Dios es Dios. Le canta por Él mismo, le da gloria no por lo que hace, sino por lo que Él es. Participa en la bienaventuranza de los corazones puros que le aman en la fe antes  de verle en la Gloria. Mediante ella, el Espíritu Santo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios (cf.Rom 8, 16), da testimonio  del Hijo único en quien somos adoptados y por quien glorificamos al Padre. La alabanza integra  las otras formas de oración y las lleva hacia Aquel que es su fuente y su término: ”un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y por el cual somos nosotros” (1 Cor 8, 6).”  (No. 2639).

“La oración de alabanza, totalmente desinteresada, se dirige a Dios; canta para Él y le da gloria no solo por lo que ha hecho sino porque Él es”. (No. 2649).

6.- Vamos a puntualizar algunos puntos.
  • a)    La alabanza es la oración que reconoce a Dios tal como es. Le canta por Él mismo, y le da gloria no por lo que hace, sino por lo que Él es.
  •  b)    La alabanza es completamente desinteresada, las demás tienen un interés. (Ejemplo de mirarse a un espejo)
  •  c)    La alabanza es poner a Dios en primer lugar. Quien alaba organiza su vida, pone a Dios  en el lugar que le corresponde.
  •  d)    La alabanza nos anticipa el cielo; solo en el cielo podremos dar cumplida alabanza al Señor; alabando consistirá nuestra eterna felicidad.

 7.- Frutos de la alabanza. Cuando alabamos sinceramente de corazón, y no en forma rutinaria, la alabanza cambia nuestra vida. Así lo vemos:

  • a)    Al poner a Dios en su lugar, organiza nuestra propia vida. El protagonismo de nuestro “yo” disminuye, para colar a Dios en el centro de nuestra vida
  •  b)    Cuando decimos Santo, Santo, Santo, estamos diciendo que Dios es Santo y al mismo tiempo nos estamos santificando nosotros, porque sentimos necesidad de ser lo más santos posibles junto al Santo; algo así, como cuando nos acercamos a personas bien vestidas sentimos necesidad de vestir lo mejor posible.
  • c)    Cuando decimos Gloria a Dios en las alturas y paz a los hombres, estamos dando gloria a Dios y la paz viene a nosotros. A través de la alabanza nos viene la paz en el corazón y la alegría en nuestra vida. El Papa Francisco siempre nos pide alegría.
  • d)    Es muy bueno alabar a la Santísima Trinidad, porque cuando alabamos al Padre, éste nos hace conocer al Hijo de Dios, hecho hombre, y el Hijo de Dios, hecho hombre nos lleva al Espíritu Santo. Además, el fruto de la alabanza a la Santísima Trinidad es la protección a nosotros y a los demás.

Mi experiencia. Preferentemente yo alabo a través del “Gloria al Padre…” Con esa alabanza tan sencilla el Señor me ha hecho descubrir muchos misterios de la fe y experimentar su presencia.

8.- La Alabanza a través de los tiempos.

a)    En el Antiguo Testamento encontramos multitud de pasajes de alabanza; el Pueblo de Israel, al tener a Dios cómo único Señor, tenía una necesidad de alabarle. Los salmos, especialmente del 144 al 150 son una escuela de alabanza. El cántico que nos trae el libro de Daniel, de los tres jóvenes en el horno de fuego; toda la creación es motivo de alabanza. Y así muchos otros pasajes.

b)    En el Nuevo testamento. El Magníficat de María. “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se regocija en Dios, mi salvador”. El Mismo Jesús eleva su alabanza: “Te alabo Padre…” (Mateo 11,25).

9.- Tres puntos a tener en cuenta.

a)    La alabanza puede ser don o puede ser carisma. Es don cuando yo me encierro en mi alabanza y me sirve solo para mí, para mi santificación, para unirme más y más a Dios.

La alabanza es carisma cuando en ella sentimos necesidad de transmitir a los demás la paz, la alegría, el gozo que yo siento al alabar. Es cuando alabo en nombre de los demás, es cuando al reconocer a Dios como el único Señor, deseo que los demás también lo reconozcan. En realidad, la verdadera alabanza es siempre carisma, porque de lo contrario se hace egoísta y al final fácilmente desaparece.

b)   La alabanza, para ser verdadera, debe salir del corazón. Sale del corazón cuando yo siento lo que estoy diciendo. Cuando yo solo repito lo que he aprendido, como lo hace el papagayo, poco valor tiene; cuando yo hago una alabanza rutinaria, como lo hace un casete, pierde todo el valor.

¿Qué debo hacer? Contemplar lo que alabo. Cuando a mí me cuentan las maravillas de una casa, de un paisaje, poco entusiasmo tendré en alabarlo; por el contrario, si yo me quedo contemplando un hermoso paisaje, una obra de arte, yo les podré contar lo que he visto, yo podré comentarlo con fuerza; de la misma manera, cuando yo experimento en mi ser la belleza de lo que he visto, desearé que otro también lo experimente y lo haré con toda la fuerza del corazón.

Cuando yo me pongo a alabar a Dios, lo haré con más o menos entusiasmo en cuanto esté más o  menos en contacto con Dios en mi vida espiritual. Cuanto más me acerco a Dios en la oración, en la eucaristía, etc. más lo conocemos y más tendremos motivos para alabarlo. Quien vive una vida de oración contemplativa, en donde uno penetra en los sentimientos de Jesús, de Dios, siente en su corazón una necesidad de alabarlo, porque ante tanta grandeza, no puede menos de alabarlo con toda razón, con pleno conocimiento, y con toda la fuerza de su corazón. Bien se puede decir: la alabanza verdadera lleva a la contemplación, y la contemplación aviva la alabanza.

c)    La alabanza de corazón lleva, se dirige al Dios Santo, y por ello, conlleva una renovación de vida, a una vida más santa. De no ser así, no hay acercamiento al Dios Santo, y por ende, no hay verdadera alabanza. La alabanza sincera lleva necesariamente a acrecentar la fe, la esperanza y el amor. Incluso despierta en otros cristianos una vida mejor.

10.- Expresiones de alabanza.

a)    Verbos para la alabanza: Alabar, Glorificar, Santificar, Loar, Aclamar.
b)    Alabanzas sin usar verbos de alabanza: “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente”. “Poderoso eres, Señor”. “Gloria y honor a Ti por siempre”. Etc.
c)    Se puede alabar a la Santísima Trinidad, a cada una de las divinas personas, al Hijo de Dios hecho hombre, Jesucristo. (Entregamos hoja Para un taller sobre la alabanza, de Mons. De La Rosa). (Viene al final de esta enseñanza)
d)    Se alaba también con el cuerpo. (Salmo 134, 1-2; 149, 3). David bailaba ante el Arca, manifestación de la presencia de Dios.

EL CARISMA DE LENGUAS

11.- Cuando se alaba de corazón poniendo la vista en la grandeza de Dios, llega el momento en que las palabras no alcanzan para manifestar todo lo que sentimos; las palabras del diccionario se quedan cortas para expresar todo lo que desearíamos manifestar de la bondad y magnificencia de Dios. Entonces, el Espíritu viene en nuestra ayuda. Así Pablo escribe a los Romanos (8,26): "Nosotros no sabemos cómo orar para orar como conviene, mas el Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad, y viene a orar en nosotros con gemidos inefables”

No es fácil comprender el carisma de lenguas y de hecho, para muchos, es motivo de escándalo; en realidad es porque lo desconocen. Pretendemos darlo conocer de la mejor manera posible, ya que por desconocimiento no nos toca decirle al Espíritu Santo qué Carismas puede dar y cuáles no.

El mejor punto de partida para estudiar este don y su importancia es reflexionar sobre las afirmaciones que hace San Pablo cuando se refiere a él.

a)- "El que habla en lenguas habla a Dios, no a los hombres". (1 Cor 14,2).

b )- "El que habla en lenguas se edifica a sí mismo". (v.4).

c)- "yo veo muy bien que todos vosotros habléis en lenguas". (v.5).

d)- "Doy gracias a Dios de que hablo en lenguas más que todos vosotros". (v.18).

e)- "No estorbéis hablar en lenguas, pero hágase todo con decoro y orden". (v.39).

 No hay que creer que se trata del carisma clave, pero tampoco se debe menospreciar. Solo quien lo reciba y reciba sus beneficios podrá valorarlo y agradecerlo al Señor.

12.- Digamos, en primer lugar, que se dan cuatro modos en este carisma:

a)    Xenogloxia. Según la Real Academia Española: “La capacidad sobrenatural de hablar lenguas”.  Es la facilidad de hablar varias lenguas supuestamente no familiares para un individuo. Es lo que les sucedió a los apóstoles después de Pentecostés (Hechos 2, 5-8). Los apóstoles hablaban en su lengua y cada uno los entendía en la suya.

Fuera de contexto religioso, los científicos explican de ciertos casos que han estudiado, como fruto de reencarnación, endemoniados, de trucos y engaños, etc

b)    Glosolalia. Según la Real Academia Española: “Lenguaje ininteligible, compuesto por palabras inventadas y secuencias rítmicas y repetitivas, propias del lenguaje infantil”.
Para S. Pablo es un balbuceo ininteligible, hablar un lenguaje  misterioso (1 Cor. 12, 10) movido por el Espíritu Santo. “Quien posee el don  de expresarse en lenguaje misterioso no habla a los hombres sino a Dios, pues movido por el Espíritu dice cosas  misteriosas  que no entiende.” (1 Cor. 14, 2). Diríamos que es el lenguaje del espíritu.
c)    Hablar e interpretar lenguas. Es cuando esos sonidos ininteligibles son como profecías y entonces es necesario que haya alguien que los interpreten. S. Pablo nos dice que es preferible hablar en nombre de Dios (lo que todos entienden) a hablar en “un lenguaje misterioso, a no ser que también interprete ese lenguaje”. (1 Cor. 14, 5). .
d)    Orar y cantar en lenguas.  Es cuando ese lenguaje ininteligible se emplea como en oración y en el canto. Se manifiesta en forma palpable en el canto, cuando se produce una armonía y melodía admirable, como si fuera una sola voz.

13.- Dificultades. Por no entender bien este carisma, o por confundirlo completamente con la xenogloxia, o por lo que sea, la verdad que es un carisma muy desconocido en la iglesia, aunque muchos santos lo han experimentado a través de los siglos: El don de lenguas en S. Agustín:”Canto de júbilo”; en S. Francisco: “El arrullo”; en Sta. Teresa: “La algarabía”; en S. Ignacio: “La locuela”. El mismo canto del gregoriano, al alargar las sílabas, viene a ser como canto en lenguas.

14.- Concretemos. El carisma de orar en lenguas es un don fundamentalmente para orar, para alabar a Dios con poder. Hablar y orar en lenguas no es un fin en sí mismo; sin embargo es necesario para orar con poder. Para logar en nosotros este don es imprescindible rendirnos al Señor, entregar completamente nuestro corazón a É; el Señor se manifiesta  con mayor poder cuanto más nos hagamos como niños. Consiste en olvidarse completamente de uno mismo, fijando la mente y el corazón en el Señor; entonces las palabras y los sonidos fluyen espontáneamente en nuestros labios y producen unos efectos inimaginables. Ser como niños; la gran dificultad que muchos tienen en este don, está justamente en ello.

Distingamos dos formas de este carisma:

 a) Orar en lenguas es un don permanente y está bajo el control de nuestra voluntad, y puede ser usado según la discreción de cada persona.

b) Hablar en lenguas es un don pasajero, usado solo cuando hay una unción del Espíritu, y necesita que haya alguien que lo interprete, lo cual no quiere decir que lo traduzca.

15.- Efectos y frutos del don de lenguas.
·         Es un don para todos (Marcos 16, 17).
·         Es simple, pero no fácil.  En ello juega mucho nuestra vergüenza.
·         Debemos entregar nuestra voz al Señor.
·         Pertenece al tipo de oración contemplativa.
·         Es una oración poderosa.
·         Revoluciona nuestra vida de oración.
·         Es el don que abre la puerta a todos los demás carismas.
·         Sin este don no se produce una auténtica atmósfera de alabanza.
·         Da poder a nuestro ministerio o compromiso.
·   Es una oración de intercesión efectiva y poderosa. (El P. Fortea la usa en los exorcismos porque el diablo sí que la entiende y le hace mucho daño).
·         Nos ayuda a crecer espiritualmente y produce sanación interior.

16.- Tres puntos a tener en cuenta. Decimos lo mismo que en el punto 9, sobre la alabanza, pero aplicado al don de lenguas.

a)    El don de lenguas puede ser don o puede ser carisma.

b)    El don de lenguas, para ser verdadero, debe salir del corazón. Por eso decimos que pertenece al tipo de oración contemplativa.

c)    El don de lenguas de corazón lleva, se dirige al Dios Santo, y por ello, conlleva una renovación de vida, a una vida más santa.

17.- Taller y práctica sobre el don de lenguas.

Pongámonos en la presencia de Dios e invoquemos la ayuda del Espíritu Santo.
Dispongámonos en la oración de alabanza, contemplando algún misterio de Dios o en algún sentimiento de Jesús. Cuando las palabras no alcancen para expresar todos nuestros sentimientos de admiración hacia el misterio, dejemos que el Espíritu nos lleve a balbucear, a proferir sonidos aunque no los entendamos. Imitemos al hermano que ya ora en lenguas; dejémonos llevar. Que sea nuestro corazón el que hable a través de sonidos ininteligibles.

18.- ORACION.

    ---------------------------------------------------------------------------------------------------

PARA UN TALLER SOBRE LA ALABANZA

INTRODUCCION
1.    Hay cinco tipos  de oración: La bendición y adoración, la acción de gracias, la petición, la intercesión y la alabanza.  De todas ellas: “la alabanza es la forma de orar que reconoce de la manera más directa a Dios.  Le canta por Él mismo, le da gloria no por lo que hace, sino por lo que Él es”  (Catecismo de la Iglesia, #2639).  Es totalmente desinteresada (#2649).

2.    La alabanza es la expresión más desprendida del amor a Dios sobre todas las cosas.  Nos centra en Él y organiza nuestras vidas, dando el primer lugar a quien corresponde.

3.    Jesucristo: “Santificado sea tu nombre”.  La primera petición, pues, del Padre Nuestro tiene una referencia a la alabanza.

4.    Los Ángeles en la noche de la Navidad:  “Gloria a Dios en el cielo y paz a los hombres que ama el Señor”  (Lucas 2, 14).

5.    Pablo: “Así es: los gentiles le glorifican a Dios por su misericordia”  (Rom 15, 8-9).  Ver salmo 116.

6.    Salmos 144 a 150: Una escuela para aprender a alabar a Dios.

7.    Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a  ti nuestra alabanza.  Ver Salmo 146.

8.    “Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos”  (Salmo 17, 4).

9.    “Salmodiad con el espíritu, salmodiad con toda vuestra mente, es decir, glorificad a Dios con el cuerpo y con el alma”  (Hesiquio, siglo V).

10. “Alabar a Dios es narrar sus maravillas” (Casiodoro, siglo VI).

11. “Alabemos a Dios mientras vivimos, es decir, con nuestras obras”  (Arnobio, siglo VI).

12. Cada vocación en la Iglesia tiene puntos específicos en su manera de alabar.

13. La blasfemia es el extremo opuesto de la alabanza.  El diablo y los demás ángeles rebeldes blasfemaron con palabras y obras: “No serviré”.    Miguel y los demás ángeles alabaron a Dios, cuando dijeron: “Quién como Dios?

14. Alabanzas sin usar verbos de alabanza: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente (Apoc 15, 3).  “Poderoso eres, Señor”.  “Gloria y honor a ti por siempre”.

15. Verbos para la alabanza: Alabar,  Glorificar, Santificar,  Loar  y Aclamar.

16. Alabar a la Santísima Trinidad y a cada persona en particular ¿Cómo hacerlo? Es un aprendizaje y en él se da un continuo crecimiento.

a)        Alabar a la Santísima Trinidad.  Ejemplos: “Alabada seas Santa Trinidad”.  “Tú eres una familia”.   “Tú eres una comunión”.  “Eres tres Personas, distintas e iguales”.  “Padre, tú has engendrado al Hijo”.  Etc.

b)        Alabar al Padre.  Ejemplos: “Padre, santificado sea tu Nombre”.  “Alabado seas. Tú eres amor y lo has comunicado a tu Hijo, al  Espíritu Santo y a toda la creación”.  Ir alabando al Padre por todos sus atributos:  “Tú eres Todopoderoso”.  “Tú eres Misericordioso” .  “Tú eres fiel”.   “Tú eres Creador”.   “Tú eres Salvador”.  Etc.

c)         Alabar al Hijo.  Ejemplos:   “Alabado seas Hijo Único del Dios Vivo”.  “Alabado seas Palabra del Padre”.  “Alabado seas, tú eres luz de luz”. “Alabado seas Dios verdadero de Dios verdadero”.   Etc.

d)        Alabar  al Espíritu Santo.  Ejemplos: “Alabado seas Espíritu Santo”.  “Tú eres Señor y Dador de vida”.  “Tu eres igual al Padre y al Hijo”.  “Tú eres el dedo de Dios, la mano de Dios”.  “Tú eres la fuerza y el poder de Dios”.  “Tú eres el amor de Dios derramado en nuestros corazones”.  Etc.

e)    Alabar al Hijo de Dios hecho hombre, Jesucristo.  Ejemplos:  “Alabado seas Jesucristo”.  “Tú eres el Hijo de Dios hecho hombre”.  “Tú eres la Palabra de Dios que habita entre nosotros”.   “Tú eres camino, verdad y vida”.  “Tú eres la luz del mundo”.  “Tú eres Mesías y
Señor”.  “Tú eres Señor de la historia”.  “Tú eres  Señor de Señores”.  “Tú eres Señor de Satanás y de todas las huestes malignas”. “Tú eres el Primero de toda creatura, el Primogénito de entre los muertos, la Cabeza de la Iglesia, el Primero en todo”.  Etc.

f)     Alabanza al Padre y al Hijo en lenguas por el Espíritu Santo, el cual clama en nuestros corazones:  “Abba, Padre”  (Gal 4, 6; Rom 8, 15) y ora en notros con gemidos inenarrables (Rm 8, 16).
†Mons. Ramón Benito De la  Rosa y Carpio
Arzobispo Metropolitano
Santiago.  República Dominicana