ACTIVIDADES AÑO 2016


CONTINUANDO CON EL CURSO DE LA DIVINA MISERICORDIAMisericordia-de-DiosHemos sido bendecidos por Dios con el Curso de la Divina Misericordia; los dos últimos encuentros fueron los meses de mayo y junio. En dicha oportunidad Enrique Vilar nos decía: En el domingo de la Divina Misericordia, el papa Francisco nos invitaba a seguir escribiendo el Evangelio de la misericordia, con estas palabras: “El Evangelio de la misericordia continúa siendo un libro abierto, donde se siguen escribiendo los signos de los discípulos de Cristo, gestos concretos de amor, que son el mejor testimonio de la misericordia”. Y Su Santidad añadía: “Todos estamos llamados a ser escritores vivos del Evangelio, portadores de la Buena Noticia a todo hombre y mujer de hoy”. Y para “escribirlo en la vida, busca personas con el corazón paciente y abierto, buenos samaritanos que conocen la compasión y el silencio ante el misterio del hermano y de la hermana; pide siervos generosos y alegres que aman gratuitamente sin pretender nada a cambio”. “Lo podemos hacer realizando las obras de misericordia corporales y espirituales, que son el estilo de vida del cristiano”.
El pasado 7 de mayo recordamos las obras de misericordia corporales y si bien las aprendimos de niños en el catecismo, el tiempo se ha encargado de que las olvidemos o las tengamos en una nube de inconsciencia.
Vamos a recordarlas:
  1. Dar de comer al hambriento
  2. Dar de beber al sediento
  3. Dar posada al necesitado
  4. Vestir al desnudo
  5. Visitar al enfermo
  6. Socorrer a los presos
  7. Enterrar a los muertos
No olvidemos que la clave la tenemos en la compasión de nuestro corazón, que no tiene otro significado que la disposición de transitar el mismo camino de Jesús que se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte para salvarnos. Solamente así podremos ver a Jesús en el hermano necesitado y sufriente.
En este mes de junio recordamos las obras de misericordia espirituales:
  1. a) Enseñar al que no sabe
  2. b) Dar buen consejo al que lo necesita
  3. c) Corregir al que está en error
  4. d) Perdonar las injurias
  5. e) Consolar al triste o dolorido
  6. f) Sufrir con paciencia los defectos de los demás
  7. g) Rogar a Dios por vivos y difuntos
No hay que olvidar las palabras inspiradoras y desafiantes de Jesús: “Cualquier cosa que hagas al menor de mis hermanos me la haces a mí” (Mt 25, 31-46).
En estos ocho encuentros, el Espíritu Santo ha ido tocando nuestros corazones y nos ha hecho descubrir la infinita misericordia de Dios. El desarrollo completo de los temas pueden verse en:
En la Casa del Padre
En poco tiempo hemos tenido que despedir a dos hermanos, muy fieles a nuestra Comunidad y que nos prestaban un servicio lleno de humildad y amor.
El pasado 25 de mayo, celebramos una misa por el eterno descanso de un hermano de la comunidad de Siervos de Cristo Vivo, de Castellón, Jorge Angelov Stankov. Era una persona muy sencilla y de las que suelen estar al servicio en caso de necesidad pero sin figurar. Muchos de nosotros lo llegamos a conocer mejor ese día de la misa, cuando comenzó a llegar mucha gente. Eran sus vecinos, amigos. Todos hablaron muy bien de él y dieron testimonio con anécdotas que nos llevó a comprender que él estaba plenamente convencido del “Cristo Vivo” y fue dándolo a conocer a todos aquellos que compartieron sus días. Rogamos para que encuentre la paz eterna en la infinita misericordia de Jesús.
En este mes de junio, otro hermano partió también a la casa del Padre. Esta vez fue Juan Ballester, quien estuviera muchos años al servicio en el teléfono de oración. Era una locura que tenía para atender el Teléfono de oración, confesado por su misma esposa. Y cuando la enfermedad le iba privando de sus facultades, le decía a su esposa: “Quítame lo que quieras pero no me quites atender al Teléfono de Oración”. Era un servicio que lo hacía con gran gozo y amor. También rogamos para que encuentre la infinita paz en la misericordiosa mirada de Jesús.
Otros actos
El día 8 de junio fue un día especial para nuestra CSCV. Además de celebrar los 17 años de la partida a la Casa del Padre de nuestro querido P. Emiliano Tardif, tuvimos, como todos los días ocho de cada mes, una oración por todos los enfermos. En este día especial, nuestro Asesor, el P. Eloy, hizo una oración por cada uno de los miembros, aspirantes y candidatos de nuestra Comunidad, poniendo los santos evangelios sobre cada uno y dándoles a besar después.
Realmente fue una ceremonia muy emotiva y a la vez de mucha simbología. Era ponernos bajo la fuerza de la Palabra de Dios para que fuésemos verdaderos testigos de esa Palabra. Gloria a Dios.
El día 16 de junio, como todos los jueves, tuvimos por la noche una hora y media de adoración e intercesión. Pero en ese día, la adoración tuvo una intención especial: hacer un acto de desagravio a la virgen María, por unos carteles ofensivos que se publicaron en Valencia, en que denigraban a nuestra querida Madre. Los cristianos nos hemos sentido muy mal porque nos han tocado los sentimientos más íntimos, ofendiendo a las patronas de Valencia y de Cataluña. Quisimos en esa noche honrar de una manera especial a la Virgen María, al mismo tiempo de orar por los que cometieron tal desfachatez para que el Señor los ilumine y los salve.
Despidiéndonos hasta la próxima, les abrazamos con mucho amor en los sagrados corazones de Jesús y María.
Casa Magníficat
Castellón, España
CURSO LA DIVINA MISERICORDIA
El pasado mes de marzo continuamos con el curso de “La Divina Misericordia” y en esta oportunidad el encuentro fue sobre “La Misericordia de Dios y las Bienaventuranzas”.
En un momento solemne y encima de la montaña Jesús proclama: BIENAVENTURADO EL HOMBRE.  Que no es otra cosa que decir: que es poseedor el hombre, a pesar de su pequeñez y de su miseria, de la visión y posesión permanente del mismo Dios, en el Reino de los cielos. Dios nos llama a su propia bienaventuranza. BIENAVENTURADO.  Es el culmen de la Misericordia de Dios hacia el hombre. ¡Cómo nos cuesta entenderlo, y mucho más, cómo  nos cuesta vivirlo!
Las bienaventuranzas se pueden resumir en una sola: “Bienaventurados los pobres en el espíritu”
La bienaventuranza se refiere a los pobres por decisión personal, a los que deciden hacerse  pobres, a los que lo eligen; y los opone a los pobres por necesidad. La pobreza evangélica no  se identifica con la penuria material, sino con la indigencia del hombre que se descubre  necesitado y se abre a la gracia, al bien, a la justicia, al amor, a la paz, a la libertad…, a Dios -a  todo lo que representa-. Es el que renuncia a apoyarse en leyes, seguridades o riquezas de la  tierra; el que opta contra el dinero y el rango social y se pone en las manos de Dios; el que vive  desprendido de lo que no tiene valor absoluto y vive en la tierra como peregrino y en constante  búsqueda.
Sólo un hombre que sea consciente de su vacío podrá ser llenado por algo o por alguien.  Sólo sobre los que eligen ser pobres podrá Dios actuar como rey, porque podrá actuar sobre su  corazón y producirle la felicidad. Lo que significará que no carecerán ya de nada necesario ni  tendrán que someterse a otros para vivir y estarán dispuestos a compartir en todo momento lo  que son y lo que tienen.
El pobre se concibe a sí mismo como gratuidad, nunca como posesión. Sabe que no se  pertenece, que todo se lo debe al Padre. Sabe que es pura misericordia divina. Por esa razón se hace servicio.
El que elige ser pobre goza ya ahora del reino de Dios, al estar viviendo la vida humana  auténtica. Es encontrar la verdadera paz y armonía interior que es el paso a una verdadera felicidad. Es el abrazo misericordioso del Padre que le regala un vestido de gala y le prepara gran banquete. Banquete del cual ya lo disfruta ahora, esperando gozarlo en plenitud en la vida eterna.
Podríamos enfrentarnos a un gran reto intentando responder estas preguntas:
¿Quieres ser bienaventurado? ¿A qué estás dispuesto? ¿Estarías dispuesto a vaciarte de tu yo, dejándote llevar por la misericordia de Dios? No olvidemos que es un camino y ese camino hay que andarlo paso a paso y día a día. Y en la medida que vayamos caminando sentiremos que ser bienaventurado ya se experimenta en esta vida. Nos ayudará en este andar el tema del próximo encuentro: Nuestra misericordia hacia los demás.
SEMANA SANTA EN LA COMUNIDAD
La Semana Santa nos llama a la intimidad y así la vivimos en nuestra Comunidad.
Jueves Santo. A las 20 horas tuvimos la misa conmemorativa de la Cena del Señor junto con el lavatorio de los pies que nos invitó a la reconciliación y al servicio entre hermanos. A continuación estuvimos en adoración ante el Monumento hasta media noche; fueron momentos de mucha intimidad  con el Señor, acompañados de un matrimonio de la Comunidad Emanuel de Barcelona.
Viernes Santo. Participamos  de los actos litúrgicos de la Parroquia y a continuación, en nuestra Comunidad,  tuvimos un acto de adoración a la Cruz con cantos y simbolismos adecuados que nos dejaron un corazón lleno del amor de Dios. ¡Jesús, todo lo hiciste por mí!
Sábado Santo. Vigilia Pascual. Pudimos participar de toda la liturgia del día con gran regocijo, celebrando con gozo la Resurrección de Jesús. La Casa se llenó de gran alegría además, con la participación de muchos niños y jóvenes que nos acompañaron. Terminamos la velada con una cena pascual, compartiendo comida y maravillosa fraternidad entre todos. ¡Cristo ha resucitado y vive hoy!.
Agradecemos al matrimonio de la Comunidad Emanuel de Barcelona que, aprovechando unos días de vacaciones,  nos acompañaron durante todos los actos de la Semana Santa con sus cantos, entusiasmo y fervor. Gracias.

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MONUMENTO JUEVES SANTO


Viernes Santo
ADORACIÓN DEL VIERNES SANTO


Compartiendo con nuestros hermanos de 
La Haya (Holanda)

Desde la Casa Magníficat de Castellón queremos compartir una experiencia muy linda que tuvimos en La Haya (Holanda), los días 6 y 7 de febrero de 2016, a raíz de un pedido de realizar un Seminario de Vida en el Espíritu a un colectivo de hispano-parlantes, residentes en ese país. Evidentemente al principio nos sorprendió pero captamos ir sabiendo que debemos estar siempre abiertos a la evangelización y que el Señor nos utiliza. Fuimos recibidos con mucha alegría y ansiosos de descubrir lo que les llevábamos: muchísima disponibilidad para todo y con mucho cariño.
Era un grupo de la Renovación Carismática que no había vivido un Seminario, y como un campo seco recibieron las enseñanzas cual manantial de agua. La mayoría tenían mínima formación y veíamos cómo el Señor entraba en sus corazones y obraba.
Asistieron unas cincuenta personas. El sacerdote que les acompaña, una persona mayor, holandés, estuvo presente durante todo el Seminario, tomando nota de todo y participando en las dinámicas con un interés impresionante. Fue emocionante comprobar cómo, en un país frío de clima y de espíritu religioso, surge el calor del Espíritu Santo en aquellos hermanos latinos que no quieren perder su identidad cristiana. Al comentarles que toda una Comunidad, orando por ese Seminario, estaba allí, no cabían de alegría y agradecimiento hacia los orantes.
Ante toda esa experiencia vivida no podemos menos de dar gracias a Dios que tan generosamente se derramó en esos hermanos hispano-parlantes. ¡Gloria al Señor!
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Fotos: Carmen Abate y Enrique Vilar compartiendo las enseñanzas en La Haya (Holanda)


Continuando con las enseñanzas de la misericordia
El sábado 13 de febrero continuó el curso sobre la divina misericordia, con el tema: “Respuesta del hombre a la misericordia de Dios”. En esta oportunidad, habiendo descubierto cómo se derrama la infinita misericordia de Dios, se hacía necesario dar un paso más y ver cómo debe ser nuestra respuesta para que dicha misericordia pueda obrar en nosotros. Sabemos que esa misericordia actúa si nosotros nos abrimos a ella. El hijo pródigo, solo al regresar, experimenta la misericordia de su Padre.
Esta respuesta del hombre se profundizó en tres dimensiones: la relación con los demás, la relación con Dios y la relación con nosotros mismos. A veces necesitamos de terceras personas que nos ayuden a descubrir nuestras heridas ocultas y nos encaminen hacia nuestro Padre que nos espera con su misericordia. Es así que el Señor espera de nosotros dos cosas fundamentales para visitarnos con su misericordia: pedir perdón y confiarnos a Dios tal y como somos. Tarea nada fácil y que puede llevarnos más o menos tiempo recorrer ese camino, siendo la Cuaresma un momento oportuno para iniciarlo. Para quienes quieran profundizar este tema podrán encontrarlo completo en:
Un saludo en Cristo.
Daniel Castro
Casa Magníficat, Castellón España

Jornadas sobre la Divina Misericordia
Queridos hermanos:
Como nos dice el papa Francisco en la Bula de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia: “Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación.
Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad.
Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro.
Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida.
Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado.
Añade el Santo Padre: “Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre. Es por esto que he anunciado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes.”
Por tal motivo, el pasado sábado 14 de noviembre dio comienzo las jornadas de enseñanzas en la Casa Magníficat, de Castellón, que se llevarán a cabo  los segundos sábados de cada mes. El tema central es “La Divina Misericordia” y el temario a desarrollar es el siguiente:
  1. La Misericordia de Dios. 14/11/2015
  2. La Misericordia de Dios manifestada en Jesús. 12/12/2015
  3. La Misericordia de Dios hacia nosotros. 9/1/2016
  4. Respuesta del hombre a la misericordia de Dios.
  5. Las bienaventuranzas.
  6. Nuestra misericordia hacia los demás.
  7. Las obras de misericordia corporales.
  8. Las obras de misericordia espirituales.
Así en el primer encuentro se destacó la distinción entre “el amor de Dios” y su “misericordia”. El amor de Dios es un acto propio del creador que desea hacernos  partícipes de su grandeza, de todo lo que tiene. El amor es entrega, Dios no se cansa de darnos su infinito amor, y no por nuestros méritos. Es pura gracia. Mientras que  en la misericordia de Dios, Él mira con compasión nuestra pequeñez, nuestro pecado, nuestra desgracia; a mayor necesidad nos da más compasión, más misericordia. Son los brazos tendidos de un Padre, siempre dispuesto a perdonarnos, a salvarnos, a liberarnos, a devolvernos la felicidad, la paz.
Al finalizar el encuentro nos quedamos meditando: Nuestra vida está cargada de problemas, de dificultades, de necesidades, y poder poner todo ello ante la misericordia divina es lo que nos transformaría, es lo que nos haría felices. Dios es misericordioso y nos está esperando en cada momento de nuestra vida con los brazos abiertos, no le tengamos miedo, no miremos para otro lado. Presentémonos ante Él tal como somos, con todas nuestras miserias que Él sabrá acogernos con toda su gran misericordia.
Primer encuentro – La Misericordia de Dios
Primer encuentro – La Misericordia de Dios
Tercer encuentro – La Misericordia de Dios hacia nosotros
Tercer encuentro – La Misericordia de Dios hacia nosotros
En el segundo encuentro se observó cómo “la misericordia de Dios se personifica en Jesús. Él se vuelca en misericordia hacia los que sufren, los pecadores, cargando sobre los hombros todos nuestros pecados. Como la manifestación pura del amor es dar la vida, Jesús se entrega completamente, se da todo en su pasión, hasta la última gota de su sangre, hasta el último suspiro. “Todo se ha consumado”, dirá. “En tus manos encomiendo mi espíritu”.
Este Jesús que vemos en la cruz y que está en la Eucaristía es la misericordia personificada hasta el extremo de Dios infinito. La infinita misericordia de Dios se ha hecho patente, hasta donde nosotros podemos alcanzar, en la persona de Jesús. Lo hizo por mí, lo hizo por ti, lo hizo por toda la humanidad. Hoy sigue derramando tanta misericordia y mucho más que todo el pecado que se derrama en el mundo.

Bajo esta divina misericordia nos acogemos plenamente confiados y seguros.

En el tercer encuentro vimos que “cada uno de nosotros, en la condición actual, somos un saco de males, de dolores, de sufrimientos, tanto físicos como espirituales. Estamos en un valle de lágrimas. Para la gran suerte nuestra es que tenemos un Dios que no nos quiere dejar solos en nuestro sufrimiento. Y cuando ve un sufrimiento quiere venir a habitar ese sufrimiento. Todos los sufrimientos del hombre son razones de Dios para entrar en la vida del hombre. Solo necesita que nosotros le abramos la puerta a su gran misericordia. Su misericordia quiere llegar a lo más íntimo de nuestro ser para devolvernos la paz, la felicidad, incluso en medio de los mayores dolores. No le tengamos miedo; el miedo lo provoca el demonio para nuestra desgracia.
La misericordia de Dios quiere transformar nuestro sufrimiento en bendición. Desea que nuestros sufrimientos se transformen en sufrimientos de salvación propia y ajena, como eran los sufrimientos de Jesús en su pasión.
Esta jornada finalizó con la Misericordia de Dios a través del Baño de Luz: siguiendo la práctica recomendada por el padre Darío Betancourt, se explicó en qué consiste y luego todos los presentes pudieron experimentar el Baño de Luz, viviendo momentos muy emotivos. Dios estuvo muy grande y se derramó con abundancia.

Podrán consultar el desarrollo completo de los temas en http://www.siervoscas.com en el link de documentos/La Divina Misericordia.

Saludos navideños
Con motivo de la Navidad y en pleno centro de Castellón, el martes 22 de diciembre durante el furor de compras en nuestra sociedad consumista, se quiso recordar que el verdadero festejo era el “Nacimiento del Niño Jesús”. Para ello se entregaron más de 800 tarjetas por las calles peatonales del centro. La respuesta de la gente fue muy variada, pero nos quedamos con todos aquellos que nos escucharon y agradecieron sorprendidos por esta afectuosa iniciativa.ccf
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El miércoles 30 de diciembre, después de la alabanza, se compartió en comunidad una cena, donde se recordó todas las experiencias vividas durante el año y se brindó con gran esperanza por los proyectos a desarrollar en el nuevo año.
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Un saludo en Cristo.
Daniel Castro.