CURACIÓN DE HERPES CRÓNICO

Para Gloria de Dios y de su Hijo Jesucristo que también es Dios y tres veces Santo, quiero dar este testimonio.
Soy la misma persona que ha escrito el testimonio que aparece en esta página bajo el nombre "Cambió mi vida".

A los pocos meses de nacer apareció en mi cara un Herpes Zoster que es una afección muy molesta y dolorosa producida por un virus de origen desconocido.
Ello me hacía sufrir mucho. Los médicos no tenían ni tienen una solución definitiva para erradicarlo. En aquella época me ponían una solución sobre la herida que recuerdo escocía y picaba mucho.

Me acuerdo que mis padres llegaron a encargar a un amigo que era camionero que trajera de Francia unas inyecciones para curarlo, pero nada de todo ello fue efectivo.
Siendo mayorcita, recuerdo que yo misma me ponía saliva en la herida para calmar el dolor.
Este herpes me acompañó toda la vida, una media de 2 veces por año, en las primaveras y los otoños; también me salía cuando me disgustaba mucho o tenia una alegría incontrolada.
Era muy molesto, pues afeaba mi ojo y mejilla, pero sobre, porque era muy doloroso.

A partir del 20 de Julio de 2001(fecha de mi encuentro con Jesús, según el testimonio citado anteriormente) no he vuelto a tenerlo; ese mismo día Jesús Salvador, Jesús Liberador, Jesús Transformador, también fue, para mí, Jesús Sanador.
Doy testimonio ahora, tan tarde, porque reconozco que al principio de advertir que el herpes no aparecía en mi vida pensé que era una casualidad o una suerte, pero ahora reconozco ante Dios y doy testimonio de que el Señor me sanó también físicamente.
Ya vamos a entrar en el 2004 y nunca más ha vuelto a aparecer. Nunca antes el herpes falló, ni una sola vez, a su aparición.

Me doy por sanada; el Señor y yo sabemos que así es.¡JESÚS VIVE Y VIVE HOY!

Gracias Señor del Cielo y la Tierra por haber puesto tus ojos en mi, yo que siempre me consideré la más miserable y que ahora, aunque Tu me hables como amigo, yo solo soy una humilde sierva.

Siempre te amaré, Dios mío. Gracias por tu Compasión y Misericordia.

Les saludo a todos con un fuerte abrazo en la Fe de Jesucristo.
Bendiciones para ustedes, sus familias, amigos y su pueblo.

María José